Bienes de Interés Cultural
Desde 1949, todos los Castillos de España, cualquiera que sea su estado de ruina, fueron declarados Bienes de Interés Cultural.
Castillo de los Duques de Alburquerque de Mombeltrán.

El Castillo fue erigido por don Beltrán de la Cueva, Primer Duque de Alburquerque, (por todas partes ostenta sus armas y las de doña Mencía de Mendoza, su mujer) sobre el último aterrazamiento de la sierra, en una posición estratégica que domina todo el Barranco de las Cinco Villas.
Por detalles de los escudos que ostenta, Cooper data el desarrollo de las obras entre 1462 y 1474, atribuyéndolo al arquitecto Juan Guas por semejanza con los castillos de Belmonte y el Real de Manzanares.
El castillo se eleva sobre una pequeña altura, rodeado de encinares y se puede ver desde cualquier punto de su entorno.

Sus formas no son del todo convencionales con planta cuadrada, cuatro cubos en sus ángulos, antemuro ciñéndolo en escarpa y foso. Y construido todo de piedra berroqueña. Consta de dos recintos de forma cuadrada con cubos semicirculares en las esquinas. Conserva en su interior restos de columnas, muros y escaleras.
El castillo data del siglo XIV y en la actualidad se encuentra en un buen grado de conservación exterior, teniendo toda la fachada completa.
Para hacerlo se empleó cantería granítica de la vecina sierra. La altura total del edificio era de dos plantas, de las cuales la superior estaba destinada a las habitaciones señoriales.
El conjunto está formado por una barbacana de muro bajo con gran talud que va delimitando el cuerpo de planta rectangular con torres angulares, todo rematado con merlones cuadrados que, en el núcleo central, se levantan sobre hileras de arquillos a modo de ménsulas, meramente decorativas, sin ninguna función defensiva.
Es probable que en un principio tuviera foso, pero en el siglo XVI, coincidiendo con la reforma emprendida por D. Francisco Fernández de la Cueva, segundo Duque de Alburquerque, al adaptar el castillo a residencia, se debió rellenar, suprimiendo entonces el puente levadizo y construyendo la portada renacentista por la que se accede en la actualidad
El interior se encuentra muy deteriorado, con patio central columnado alrededor del que se disponen las habitaciones de residencia, capilla, servidumbre, etc, con techos abovedados en las torres que, en la del homenaje, completada con pisos desmontables de madera, impedía el acceso de los asaltantes por dentro de la torre. Una portada renacentista del siglo XVIII con sus garitas se alza frente al puentecillo.
El castillo ha permanecido vinculado a la Casa de Alburquerque a través de los siglos, habiendo sido habitado ocasionalmente por sus titulares. Los Duques de Alburquerque también son conocidos por poseer la propiedad del castillo de Cuéllar, en Segovia.
Emplazado en un lugar excepcional de la Sierra de Gredos, que sigue siendo propiedad particular de los duques de Alburquerque.
El castillo de don Beltrán de la Cueva fue declarado bien de interés cultural en abril de 1949.
Castillo del Condestable Dávalos de Arenas de San Pedro.

También conocido como Castillo de D. Álvaro de Luna o de la Triste Condesa, se construye bajo los auspicios del condestable Ruy López Dávalos. Incendiado el Castillo durante las diferentes guerras, se conserva restaurado gran parte del mismo. Sirvió de prisión y de cementerio. Ahora es Auditorio municipal, Museo y Sala de exposiciones y congresos. Declarado Monumento Histórico Artístico en 1931.
El condestable Dávalos consiguió la segregación de las aldeas del Valle del Tiétar del Alfoz de Ávila en 1393 y poco después, en 1395, alcanzó la gracia de que pasasen a engrosar sus señoríos. Como muestra de su poder y para defensa del mismo mandó edificar un castillo fortaleza en la parte baja del pueblo, para aprovechar la proximidad del río como elemento defensivo. Se levantó con el esfuerzo del pueblo ya que el vecindario del Valle fue obligado a contribuir, además de con sus tributos económicos en dinero, con su esfuerzo personal y con la aportación de sus caballerías y carretas. El impuesto seguía en pie incluso después de haber sido acabada la fortaleza, ya que hay documentos, en 1423, en los que aparecen las quejas de los vecinos por tener que pagar impuestos para la construcción de la fortaleza cuando estaba ya acabada. La caída del poder del Condestable López Dávalos en 1423 permitió que el dominio señorial sobre Valle del Tiétar se fragmentase y, en vez de ser de un solo señor, pasase a manos de varios recayendo el señorío de Arenas en la familia de Pimentel, condes de Benavente; por el matrimonio de la condesa Doña Juana de Pimentel con Don Álvaro de Luna, el castillo se convirtió en una de las residencias importantes del matrimonio. Después de la muerte de Don Álvaro, la Triste Condesa (como se empezó a llamar Doña Juana) habitó algún tiempo en el Castillo.Fallecida doña Juana, pasó a ser propiedad de los Duques del Infantado. En 1461 nació en el castillo arenense don Diego Hurtado de Mendoza «el Grande», mecenas del Renacimiento.

Foco de resistencia en los conflictos bélicos ha sufrido los avatares de la historia. En el siglo XIX fue quemado varias veces -en la guerra de Independencia y durante la primera guerra carlista- y su patio convertido en cárcel y cementerio después. Tras perder el uso militar, sus dueños rellenan la cava o foso, eliminan la cerca y el rastrillo y acondicionan las estancias palaciegas y de servicio, convirtiéndose en residencia. Al norte se aportó un espacio urbano que durante siglos se llamó la Corredera y luego Plaza del Condestable Dávalos. Fue cedido al Ayuntamiento en 1853 por el Duque de Pastrana y en 1931 fue catalogado como Monumento Histórico Artístico. A lo largo de los años, el castillo ha tenido diferentes usos, pero decididamente a partir de los años 70 del pasado siglo, el patio de armas se viene utilizando como espacio para actuaciones culturales y festivas.
Tiene una planta cuadrada con torreones circulares y almenados en cada esquina y una torre del Homenaje, de planta rectangular, junto a la entrada principal, con sólidos matacanes y bellos ventanales góticos y mudéjares. En los lienzos laterales hay un estribo cuadrangular como torre barbacana. En el interior, como en la mayoría de los castillos, el patio de armas aparecía rodeado de las dependencias construidas; unas para cuadras y almacenes, cocinas, otras para estancias de los servidores; en la planta alta era donde residía la nobleza.

La presencia de ventanas geminadas, enmarcadas algunas por un ajimez, especialmente en la torre del Homenaje, y los arcos de las crujías para sostener las bóvedas que quedan en pie muestran el carácter de obra de transición entre el románico y el gótico. Destaca el balcón saliente, fruto de la aportación a la obra de diferentes propietarios.
Con los años se fueron levantando casas adosadas a sus muros (hoy casi desaparecidas), rodeándolo, posiblemente debido a la pobreza, que incitaría a aprovechar un buen muro de piedra ya levantado.
El 29 de julio de 2006 se inauguró la rehabilitación de su Torre del Homenaje (convertida en museo y sala de exposiciones y congresos) y el Adarve. En el espacio interior que forman los grandes muros se ha instalado un graderío y un amplio escenario para la realización de actos culturales veraniegos.
Castillo de La Adrada.
El Castillo de La Adrada fue restaurado recientemente una vez que sus antiguos propietarios lo cedieron al ayuntamiento convirtiéndolo en el Centro de Interpretación histórica del Valle del Tiétar.
Se construyó a principios del siglo XV. Enrique III independizó La Adrada de la ciudad de Ávila, lo que trajo un auge económico y aristocrático a la villa, convirtiéndola en punto de referencia para monterías y cacerías. Este castillo fue construido sobre las ruinas de otro más antiguo de origen romano aunque no hay signos físicos que lo demuestren. Está emplazado sobre una colina en un lugar estratégico que defendía una ruta comercial entre Toledo y Ávila.
La planta principal del castillo está protegida por una muralla que se levantó en el siglo XVI. Hay dos puertas para acceder al recinto: una con un pequeño puente que posiblemente en la época fuese levadizo y una trasera que servía de escape o huida. En el interior de la muralla se realizaba el mercado y los torneos medievales de la época. Al entrar en el castillo nos adentramos en el patio de armas, de origen renacentista. Desde aquí se puede acceder a todas las dependencias del castillo en cualquiera de sus dos plantas. En el centro aún se conserva uno de los pozos que abastecía de agua potable a los habitantes del castillo.

Junto al patio de armas estaba la iglesia gótica de la que actualmente solo quedan el arco del triunfo, el ábside y parte de las columnas. Los muros con ventanales aún siguen en pie formando parte de la fortificación y en la esquina norte había una torre campanario de la que solo queda una escalera de caracol que da acceso a la muralla almenada.
Todas y cada una de las piedras que forman las columnas de los restos de la iglesia gótica poseen alguna marca de cantería, modo de firmar sus tallas los canteros de la época.
La torre del homenaje del castillo esta edificada sobre el ábside de la iglesia gótica, su función era intimidatoria, pues por la forma y la situación donde está construida no podía cubrir defensivamente la zona.
Las dependencias del castillo se han convertido en el Centro de Interpretación Historia del Valle del Tiétar, donde se pueden ver maquetas del castillo, la historia de la zona contada con las batallas acaecidas en ellas, además de un montón de replicas de armas y armaduras utilizadas por los defensores del Castillo de la Adrada en sus asedios
Pueden leerse el resto de los artículos sobre los Bienes de Interés Cultural en el Valle del Tiétar en los siguientes enlaces:
- 1/4 General – Arte Rupestre – Conjunto Histórico – Paraje Pintoresco – Zona Arqueológica. Enlace.
- 2/4 Castillos. Enlace.
- 3/4 Monumentos. Enlace.
- 4/4 Rollos Jurisdiccionales del Valle del Tiétar. Enlace.
Más información sobre los Castillos del Valle del Tiétar:
Castillo de La Adrada La Adrada
Castillo del Condestable Dávalos Arenas de San Pedro
Castillo de los Duques de Alburquerque La Villa de Mombeltrán