Arenas de San Pedro
Una ruta sencilla que comienza en la Zona Recreativa, con mesas y fuente con pilón, donde dejar aparcado el coche y poder comer al volver de visitar el río Arbillas. Apta para niños.
- Longitud: 3,880m (ida y vuelta).
- Tiempo sin paradas: 1h 15 minutos
- Dificultad baja
Descripción
Aunque el trazado parte de un punto del GR180 «Valle del Tiétar», nos desviamos por una pista de tierra que sale a la derecha unos metros antes de llegar a la Zona Recreativa Arbillas.
Con un inapreciable desnivel, el recorrido transcurre casi en su totalidad por un bosque de pino resinero maduro, con abundante sotobosque variado y bien conservado.
A mitad del camino encontraremos una fuente con pilón.
Cruzaremos un par de riachuelos que atraviesan la pista bajo ella.
Al finalizar la pista, nos desviaremos por la vereda que sale a la derecha y que nos conduce al cauce del Río Arbillas.
El recorrido no es nada exigente, por lo que una ropa y calzado normal de campo es suficiente.
La ruta termina en el río Arbillas, por lo que habrá que volver por el mismo camino hasta la Zona Recreativa donde dejamos aparcado el coche.
Una vez descansados y comidos en las mesas con asientos de piedra de la zona recreativa, podemos coger el coche y seguir las pistas hasta llegar al Mirador de Arbillas de Guisando, desde el que se puede divisar toda la zona del Valle del Tiétar entre Poyales del Hoyo y Candeleda, con el Embalse de Rosarito al fondo.
La balconada del Mirador de Arbillas está situada bajo el Cerro de La Lobera, en medio de un frondoso pinar resinero de repoblación a medio camino entre Poyales del Hoyo y Guisando. Desde esta brecha abierta en la espesura del bosque se divisa buena parte del Valle del Río Arbillas, desde su cabecera en los relieves cimeros del Cervunal y Arbillas hasta su desembocadora en el Tiétar a la altura de la cola del Embalse de Rosarito.

Buena parte del territorio serrano que se contempla desde el Mirador de Arbillas se integra en lo que se conoce como Proindiviso, literalmente, territorio pendiente de repartir.
El conocido como Proindiviso de Poyales del Hoyo es un conflicto territorial surgido en el siglo XV durante el reinado de los Reyes Católicos en el que quedaron pendientes de repartir 8.400 hectáreas ante la presión de los habitantes de Candeleda y Arenas de San Pedro.
El problema aumentó cuando los hoyancos (los habitantes de Poyales del Hoyo), que vivían junto a estas tierras y pastos sin dividir, reclamaron a Arenas de San Pedro tener jurisdicción territorial propia cuando se independizaron de Arenas de San Pedro y obtuvieron el título de villa en el siglo XVI.
A pesar de las continuadas demandas, el problema sigue hoy sin resolverse y esa es la razón por la que la villa de Poyales del Hoyo no cuenta más que con 3 Km2, que es lo que abarca su casco urbano, y que su término municipal no de más que para de «goteras adentro», como contaba Camilo José Cela en 1956 en su libro «Judíos, Moros y Cristianos».
Valores ornitológicos
Al transcurrir gran parte del recorrido entre pinos, las aves forestales serán las protagonistas. Rapaces, como el águila culabrera, el águila calzada o el azor, podrán verse volando cuando el bosque se aclara y nos permite un amplio campo de visión.
El Pico Picapinos o el Pito Real dejarán las marcas de sus picotazos en los pinos secos.
También veremos subiendo y bajando por los troncos a Trepadores Azules y Agateadores Comunes, y otros, más asociados a las coníferas, como el Herrerillo Capuchino o el Carbonero Garrapinos.
Al acercarnos al río, la vegetación de ribera da cobijo al Chochín y al Mirlo Común, y alimento a Lúganos con las semillas del aliso.
En el mismo cauce podremos ver a la Lavandera Cascadeña o al esquivo Mirlo Acuático.
Otros valores naturales
Nos encontramos en un tramo del río Arbillas que forma un estrecho y angosto valle acompañado de un frondoso bosque en galería de fresnos, alisos y sauces.
Se rodea de un extenso bosque de pino resinero, salpicado por algunos castaños, robles y enebros en un excelente estado de conservación.
La ardilla es el mamífero por excelencia del pinar, encontrando con facilidad las piñas roídas por ellas o sus aparatosos nidos.
Compartiendo el bosque con ella están ginetas, garduñas y jabalíes.
En el cauce del río, entre juncias y helechos reales, distintas especies de insectos acuáticos conviven con truchas, ranas patilargas o lagartos verdinegros.
Elementos turísticos próximos
El mismo lugar de aparcamiento dispone de fuente y merendero, y a pocos metros, en dirección al campamento, encontraremos charcas cristalinas en el río Arbillas donde poder refrescarse.
A seis kilómetros se encuentra el pintoresco pueblo de Poyales del Hoyo, con su Plaza del Moral y su iglesia de traza gótica y ornamentación barroca del siglo XV, y pasado éste, el Aula Museo de las Abejas.